Cónclave de la CCCP en Sevilla

El pasado fin de semana, el camarada Secretario General Pereira y el agente Don Tommasino marcharon a Sevilla para asistir a una reunión de cuadros dirigentes de la CCCP. Bajo un calor sofocante, estuvieron a punto de ser víctimas de un complot de sus compañeros de viaje, que les dejaron en tierra. Afortunadamente, este plan resultó desbaratado por el cónsul luso en Córdoba, con su providencial medio de transporte privado que les trajo de vuelta. Una vez en Granada, transmitieron en una rueda de prensa las siguientes impresiones:

1-. Decirle a Feador y a Scralk que tururú si piensan que la CCCP es un partido ilegal y que van a aceptar su Ley de Partidos Políticos, una norma que se han sacado de la chistera (con menos acierto que Juan Tamariz) como quien hace salchichas o billetes de banco, cuando se sabe que su querido dinerito está detrás del fallo supuestamente imparcial del Trubunal Máximo (perdón, Tribunal Máximo).

2-. Confirmar que han visto con buenos ojos los gestos que ha hecho Kism para hacerse merecedor de ingresar en la CCCP y que, de momento, acuerdan su inclusión en la CCCP, pero sólo como independiente adscrito a la CCCP-A, no como militante pleno. Por tanto, tendrá voz pero no voto en los plenos.

3-. Que encontrarán la manera de cumplir la promesa de un patinete y un dulce obsequio, obra de un afamado maestro chocolatero, hechas a la diosa y musa Choni, aunque sea expropiando o nacionalizando los intereses económicos que el ex camarada Feador posee en la Costa Tropical y vendiendo la gasolina del coche de Scralk (tras sustituirla por agua con azúcar).